Tijuana se ha consolidado como uno de los puntos culturales más vibrantes del norte de México, hoy toca platicar sobre artistas emergentes de Tijuana.
Entre murales, performance, arte urbano y nuevas expresiones visuales, una generación de artistas jóvenes y consolidados está construyendo una narrativa distinta sobre lo que significa vivir, crear y resistir en la frontera.
Estos son cinco nombres que debes conocer si quieres entender hacia dónde va el arte tijuanense.
1. Marisa Raygoza – El arte como tejido vivo
Marisa Raygoza representa una de las voces más sensibles de la nueva escena artística de Tijuana. Su trabajo se mueve entre la escultura, el textil y la animación, con una mirada profunda sobre la vida cotidiana y las microhistorias que habitan la ciudad.
Sus obras dialogan con los gestos más simples: un hilo, una textura, un objeto encontrado. En ellos construye relatos sobre lo íntimo y lo colectivo, sobre lo que une a las personas en medio del caos urbano.
Raygoza entiende el arte como un tejido vivo, una red de conexiones humanas, y su enfoque artesanal conecta con una generación que busca belleza en lo imperfecto y sentido en lo cotidiano.
2. Ingrid Hernández – Arte social en movimiento
La obra de Ingrid Hernández va más allá de la estética: es también acción y reflexión. Esta artista visual ha desarrollado proyectos en colaboración con comunidades migrantes, refugiados y habitantes de asentamientos en la periferia de Tijuana.
Su práctica combina fotografía, instalación y performance, pero sobre todo una preocupación por la justicia social y el impacto del arte en la vida real.
A través de su lente, la frontera se convierte en un espacio de encuentro y resistencia. Cada imagen suya no solo documenta, sino que propone un diálogo: ¿quiénes somos en el territorio fronterizo?, ¿cómo se narra la migración desde adentro?
Hernández demuestra que el arte puede transformar espacios y abrir conversaciones necesarias.
3. Alan Sierra – La escultura como exploración urbana
Alan Sierra pertenece a una nueva generación que encuentra en el arte contemporáneo un medio para reinterpretar la ciudad. Sus esculturas, dibujos y objetos exploran las tensiones entre lo industrial y lo orgánico, entre lo sólido y lo efímero.
Su estética minimalista y experimental ha llamado la atención por el uso de materiales no convencionales —madera reciclada, metales, concreto y resina— que remiten a la vida urbana de Tijuana.
Más que crear obras decorativas, Sierra busca provocar pensamiento: su obra es una extensión de la ciudad, una metáfora de lo que permanece y lo que cambia.
Su trabajo representa la energía creativa de una generación que ve el arte como laboratorio y la frontera como espacio de ensayo.
4. Eduardo Minjares Padilla – Entre la ficción y la memoria
Eduardo Minjares Padilla mezcla disciplinas: pintura, instalación, video y texto. Su trabajo se mueve entre la ficción y la memoria, explorando las narrativas que conforman la identidad bajacaliforniana.
Su obra propone reflexiones sobre el tiempo y la historia personal, usando símbolos locales reinterpretados desde un lenguaje contemporáneo.
Minjares forma parte de un grupo de artistas que entienden la creación como una investigación permanente, una forma de cuestionar el presente y reimaginar lo que significa “ser del norte”.
Su obra dialoga con lo conceptual, pero mantiene una fuerte conexión emocional con los paisajes y personajes de Baja California.
5. Yvonne Venegas – La frontera a través de la lente
La fotógrafa Yvonne Venegas ha construido una carrera sólida retratando lo que ocurre entre lo público y lo privado.
Criada en Tijuana, su mirada combina la distancia del observador con la intimidad del retrato.
Sus series fotográficas capturan escenas que hablan de clase, identidad y representación, siempre con una sensibilidad precisa y sin artificios.
Venegas se ha convertido en una referente para jóvenes fotógrafos que buscan documentar la vida en la frontera sin caer en clichés.
Su obra demuestra que Tijuana no solo es un punto de paso, sino también un espacio para pensar la imagen, la identidad y la memoria desde nuevas perspectivas.
Una frontera que se transforma a través del arte
Estos cinco artistas son solo una muestra de la diversidad creativa que existe en Tijuana. Sus obras, aunque distintas, comparten una misma pulsación: la necesidad de contar, de imaginar y de resistir desde la creación.
Tijuana ya no es vista únicamente como una ciudad de paso, sino como un laboratorio de ideas, donde el arte se mezcla con la vida diaria y donde cada muro, cada taller y cada galería se convierten en testigos de una transformación cultural que apenas comienza.
