La edición 74 del certamen Miss Universo, programada para celebrarse el 21 de noviembre de 2025 en Tailandia, Fátima bosh se vio envuelta en una polémica que ha acaparado titulares durante semanas antes de la gala final.
El incidente involucró a la representante mexicana Fátima Bosch y al directivo tailandés Nawat Itsaragrisil.
Nawat públicamente la humilló durante una actividad oficial del concurso, desencadenando reacciones en cadena y una importante discusión sobre trato, poder y dignidad en los concursos de belleza.
El Conflicto
El conflicto ocurrió durante una reunión preliminar en la que los organizadores instaron a las concursantes a participar de una sesión de promoción del país sede, Tailandia, mediante videos y publicaciones en redes sociales.
Al parecer, Bosch decidió no grabar el clip porque prefirió consultar con la delegación mexicana primero, argumentando que no había recibido una instrucción formal.
Esta decisión provocó que Nawat la interpelara frente al grupo, acusándola de incumplimiento, llamándola “tonta” o “cabeza hueca” y solicitando a seguridad que la retirara del recinto.
Bosch respondió visiblemente alterada, reclamó que su derecho a opinar debía respetarse y que no sería silenciada.
La escena provocó que varias concursantes se retiraran en señal de solidaridad con la mexicana, incluyendo a la Miss Universo vigente, lo que intensificó el escándalo.
Desde entonces, la organización central de Miss Universo (MUO) emitió comunicados en los que condenan el comportamiento del directivo, anuncian medidas correctivas y aseguran que revisarán el protocolo de respeto hacia las participantes.
Fátima Bosch, por su parte, ofreció declaraciones que rápidamente se viralizaron: manifestó que representaba a su país con orgullo, que no permitiría que la trataran con falta de dignidad y que este episodio debía marcar un cambio de paradigma en la competencia.
Su mensaje fue recibido en México y entre la comunidad internacional como un acto de empoderamiento femenino y un llamado a la equidad en plataformas mediáticas globales.
Pide Disculpas
Por su parte, Nawat Itsaragrisil emitió una disculpa pública pocas horas después del incidente, señalando que hubo malentendidos en la comunicación y lamentando que alguien se sintiera afectado.
Sin embargo, la respuesta fue considerada insuficiente por muchas concursantes, medios y espectadores.
Como consecuencia, la MUO anunció que restringiría su participación en futuras actividades del certamen y que investigaría internamente el episodio para evitar que se repitan conductas similares.
Este caso ha lanzado al centro del debate preguntas importantes:
¿cuál es la autoridad de los organizadores sobre las participantes?, ¿hasta qué punto las concursantes tienen voz?, ¿qué normativas existen para proteger su integridad emocional y profesional?
Además, dado que el certamen se celebra en un contexto global, el incidente expone tensiones culturales, de género y de poder más amplias.
La repercusión mediática fue instantánea.
Clips del intercambio se viralizaron en redes sociales, generando hashtags de apoyo a Bosch y llamados a la organización para que actúe de forma contundente.
Exigen sanciones a Nawat
En México, diversos personajes públicos expresaron solidaridad con la concursante y exigieron sanciones ejemplares al directivo. En Tailandia también surgieron cuestionamientos sobre la profesionalidad de los anfitriones.
De cara al certamen, esta controversia ha añadido un ángulo dramático extra: más allá de la corona, el foco está ahora en cómo se administrará la competencia, en el cuidado de las participantes y en si el concurso puede mantener su prestigio ante polémicas de este tipo.
Para Bosch, el impacto es doble: además de competir por el título, se convirtió en portavoz espontánea de una causa mayor.
En conclusión, lo ocurrido con Fátima Bosch y Nawat Itsaragrisil trasciende la simple polémica de un concurso de belleza.
Es una llamada a revisar dinámicas de poder, a exigir respeto y a reconocer que incluso en certámenes mediáticos y glamorosos.
La dignidad y el trato justo deben prevalecer.
La atención ahora estará en qué medidas toma la organización, cómo se gestiona el certamen y cuál será el papel de Bosch en esta nueva narrativa.
