Durante casi dos horas, Alyssa Wilson, una mujer del sur de California, protagonizó una de las persecuciones más sorprendentes y mediáticas del año.
A bordo de una minivan robada, condujo a toda velocidad a través de cuatro condados —Ventura, Los Ángeles, Orange y San Diego— en un intento desesperado por escapar de las autoridades.
El suceso comenzó en Thousand Oaks, cuando la Patrulla de Caminos de California (CHP, por sus siglas en inglés) intentó detener el vehículo por reporte de robo.
Sin embargo, la conductora se negó a frenar, iniciando una persecución que rápidamente se volvió un espectáculo transmitido por helicópteros de noticieros locales y compartido masivamente en redes sociales.
A lo largo del trayecto, Wilson evadió bloqueos, esquivó ponchallantas y condujo temerariamente por autopistas congestionadas, alcanzando velocidades que pusieron en riesgo a decenas de automovilistas.
En un giro inesperado, la mujer logró cruzar la frontera hacia México por la garita de San Ysidro, lo que sorprendió a las autoridades y generó preguntas sobre cómo pudo pasar un vehículo con reporte de robo a través del punto fronterizo más transitado del mundo.
Pero lo más inusual ocurrió al día siguiente.
Después de que Alyssa Wilson finalizara su persecución al ingresar a Tijuana, regresó a EE.UU.
Según el Departamento del Sheriff del Condado de Ventura, Alyssa regresó al lado estadounidense con el mismo vehículo y se entregó voluntariamente a las autoridades.
Actualmente enfrenta cargos por robo de vehículo, evasión de arresto y conducción temeraria.
El caso ha causado furor en redes sociales, donde usuarios la han apodado “La fugitiva de la frontera” y comparan su historia con escenas de películas de acción.
Mientras algunos se burlan de su audacia, otros cuestionan cómo logró ingresar a México sin ser detenida, destacando las fallas en los sistemas de control fronterizo.
Las autoridades continúan investigando los motivos detrás de su huida y cómo fue posible que cruzara la frontera sin complicaciones.
Por ahora, Alyssa Wilson permanece bajo custodia en el condado de Ventura, donde enfrentará su primera audiencia en los próximos días.
Una historia que mezcla persecución, frontera y una inesperada dosis de arrepentimiento —tan surreal como solo podría ocurrir en California.
