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Ni la lluvia, ni el frío, ni el cielo nublado impidieron que María José, una de las voces más queridas del pop mexicano, hiciera vibrar a Tijuana. La noche de este sábado, el Audiorama El Trompo se transformó en un mar de impermeables, luces de celular y miles de fanáticos decididos a disfrutar un espectáculo inolvidable.
Desde temprano, largas filas rodearon el recinto mientras los asistentes buscaban refugio temporal bajo carpas, paraguas y chamarras. Pero cuando las luces del escenario se encendieron y “La Josa” apareció, la lluvia pasó a segundo plano. El público no solo se quedó: se entregó por completo.
Un concierto que venció al clima
María José salió al escenario con la energía que la caracteriza, saludando entre aplausos ensordecedores. La lluvia seguía cayendo, pero eso solo hizo que el ambiente se sintiera más íntimo y épico. Cada canción —desde sus clásicos como “Prefiero ser su amante” hasta los éxitos de Kabah que marcaron generaciones— fue coreada a todo pulmón.
La propia artista agradeció en varias ocasiones la resistencia del público tijuanense, destacando su entusiasmo, su fuerza y el cariño que siempre le brindan en cada visita. La interacción fue constante: bromas, agradecimientos y sonrisas, creando una conexión genuina que solo artistas con su trayectoria pueden lograr.
Un público inquebrantable
Los asistentes, lejos de desanimarse, hicieron de la lluvia parte del espectáculo. Impermeables transparentes, paraguas de colores, botas mojadas y gritos de emoción formaron parte de una postal única. La gente no se movió ni un centímetro de sus lugares; al contrario, parecía que cada gota de lluvia añadía emoción al concierto.
Algunos fanáticos compartieron en redes que esta había sido “una de las mejores noches del año”, y otros comentaban que “solo María José hace que Tijuana olvide el clima”.
El poder de La Josa en vivo
A lo largo del concierto, María José demostró de nuevo por qué sigue siendo una referencia del pop nacional. Su voz, potente y afinada incluso bajo las condiciones climáticas complicadas, dominó el audiorama. Sus bailarines y banda también entregaron un show impecable, logrando que la lluvia se sintiera como parte del escenario.
Las pantallas LED, efectos visuales y el diseño del espectáculo sumaron una atmósfera eléctrica que hizo olvidar por momentos que la ciudad vivía un sábado lluvioso.
Una noche para recordar
La presentación concluyó entre aplausos, despedidas afectuosas y la promesa de volver pronto. Para muchos, fue más que un concierto: fue una experiencia que unió música, emoción y una ciudad que sabe celebrar incluso bajo la tormenta.
María José dejó claro una vez más por qué es una de las artistas más queridas de México y por qué su público es uno de los más fieles. Tijuana vivió una noche mágica, donde la lluvia no apagó la fiesta: la hizo inolvidable.
